Medellín promete que para 2030 tendrá calles libres de combustibles fósiles

En la Global Climate Action Summit, realizada en San Francisco (EE. UU.), la ciudad se sumó a los compromisos para volver 100 % eléctrica su flota de transporte para 2025 y descarbonizar completamente áreas de la ciudad para 2030.

Maria Paula Rubiano*
14 de septiembre de 2018 - 02:00 a. m.
De izq. a der: Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín; Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles; Anne Hidalgo, alcaldesa de París; Frank Jensen, alcalde de Copenhague; Zandile Gumede, alcaldesa de Durban; Michael R. Bloomberg, enviado especial de las Naciones Unidas; Mohammad Sayeed Khokon, alcalde de Daca y Giuseppe Sala, alcalde de Milán. / María Paula Rubiano
De izq. a der: Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín; Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles; Anne Hidalgo, alcaldesa de París; Frank Jensen, alcalde de Copenhague; Zandile Gumede, alcaldesa de Durban; Michael R. Bloomberg, enviado especial de las Naciones Unidas; Mohammad Sayeed Khokon, alcalde de Daca y Giuseppe Sala, alcalde de Milán. / María Paula Rubiano

Acompañado por los alcaldes y alcaldesas de Dhakar (Bangladesh), París (Francia), Copenhague (Dinamarca), Los Ángeles (Estados Unidos), Durbán (Sudáfrica) y Milán (Italia), Federico Gutiérrez, el alcalde de Medellín, oficializó su adhesión a la declaración del C40 por la movilidad sostenible y las calles saludables.

El acuerdo, que fue firmado en octubre del año pasado por un primer grupo de 12 ciudades, implica que para 2025 –es decir, dentro de 7 años– la totalidad del transporte público urbano sea 100 % eléctrico o verde; que para 2030, la mayor parte de la ciudad sea declarada “libre de combustibles fósiles”, y para 2050, todas las ciudades del acuerdo sean neutrales en carbono.

Y si bien un estudio del grupo C40 y Arup’s Deadline 2020 demostró que 27 de las ciudades más grandes del mundo –muchas de ellas dentro del pacto que Medellín acaba de firmar– ya superaron sus máximos históricos de emisiones, y en los últimos cinco años las han reducido un 2 % cada año, Medellín, como muchas ciudades en desarrollo, está lejos de alcanzar esa meta.

La región ha estado en el ojo del huracán por los altos niveles de contaminación que producen los 1’400.000 vehículos que cada día circulan por el valle, de acuerdo con los datos más actualizados de la Secretaría de Transporte de la ciudad, de 2016.

En los últimos dos años, Medellín ha tenido que declarar alertas rojas por la contaminación del aire, que en sus peores momentos alcanzó los 129 microgramos por metro cúbico de material particulado (PM) 2,5. La concentración que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 25 microgramos por metro cúbico. Basta con entrar al valle para que los ojos llorosos y la garganta reseca anuncien sobre los graves problemas ambientales.

“Vengo de una ciudad que sabe resolver problemas. Supimos superar las secuelas de la violencia del narcotráfico, por eso sé que sabremos resolver los retos que tenemos de cambio climático y calidad del aire”, dijo Gutiérrez ante los asistentes al evento. “Mi meta es que Medellín se convierta en la capital del transporte eléctrico en América Latina”, dijo.

Y tal parece que lo está logrando, al menos en términos políticos. Si bien la ciudad se adhirió a la enorme red de 96 ciudades en noviembre de 2016 -es la segunda de Colombia, con Bogotá-, en mayo de este año la ciudad logró quedarse con uno de los 24 puestos de la junta directiva del grupo. “Es fundamental estar en este cargo para movilizar recursos, asistencia técnica y decisiones”, le dijo Gutiérrez a El Espectador.

Además, el alcalde afirmó que para el próximo año la flota contaminante de la ciudad debería estar renovada en un 70%. Hoy, esa meta va en el 40% de buses reemplazados con vehículos a gas natural o diesel Euro 5. Prometió que toda la flota del Metroplus será reemplazada por vehículos 100% eléctricos y que 1.500 taxis también se moverán con energía verde para el año 2020. Esto representa el 7,8% de todos los taxis de la ciudad.  

Por si fuera poco, en los próximos años el alcalde prometió pasar de 40 km de ciclorrutas construidas en 15 años a 120 km y el reemplazo del piso duro de 30 corredores verdes por pisos blandos “para reverdecer la ciudad y disminuir la temperatura en algunos lugares donde se necesita”. Aunque no mencionó nombres, señaló que la idea es que precisamente las calles que hoy están más contaminadas, se conviertan en los pulmones libres de combustibles fósiles en el año 2030.

Asimismo, recordó la existencia del Pacto por el Aire, una estrategia que busca unir al empresariado con el público -unas 66 entidades en total- para cumplir 424 metas ambientales que mejorarían la calidad del aire de la ciudad.

A pesar de las buenas intenciones, la gestión del alcalde Gutiérrez ha sido cuestionada por colectivos ciudadanos, como Low Carbon City, Aire Medellín, Más Urbano, Ciudadanos por el Aire y La Ciudad Verde. De acuerdo con ellos, el 71,2 % de los 424 compromisos del Pacto por el Aire no son verificiables, es decir, no tienen un producto entregable en el futuro.

Sergio Orozco, secretario de medio ambiente de Medellín, aclaró que la Alcaldía ya generó 51 matrices “completamente medibles, fáciles de seguir y verificables”. Resaltó que si bien el Pacto por el Aire es una iniciativa voluntaria y cívica, la político ambiental de Medellín sí tiene una meta medible y clara: reducir en un 50% las emisiones de PM 2,5 para 2023.

La adhesión de Medellín a la declaración del C40 por la movilidad sostenible y las calles saludables podría ayudar a solucionar ese problema, pues implica que cada dos años las ciudades reporten lo que han hecho para cumplir las metas en aumento de ciclorrutas y andenes, reducción de vehículos contaminantes, eliminación de combustibles fósiles de los vehículos públicos y alianza con sectores estratégicos para acelerar el cambio en la movilidad.

Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, dio algunas pistas que podrían serle a Gutiérrez útiles en la titánica tarea que hoy emprende. “Crecí en una ciudad que era sinónimo de esmog en los sesenta, donde a veces había tanto humo que no podías ver las montañas y que te quemaba los pulmones, y no podías salir a jugar. Ahora tenemos la mayor reducción de emisiones per cápita en Estados Unidos. ¿Cómo lo hicimos? Bueno, se dice que los buenos alcaldes se inspiran, los mejores roban ideas, y sin duda robamos muchas ideas”.

Gutiérrez asegura que ha tomado nota sobre las cientos de ideas que han salido a la luz en los más de 100 eventos sobre sostenibilidad. Sobre todo, lo deslumbró el compromiso de Copenhagen con la implementación de calles libres de combustibles fósiles, que le den un respiro a la ciudad.

*Periodista invitada para cubrir la Global Climate Action Summit 2018, por la organización Guardians of the Forests.

Por Maria Paula Rubiano*

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar